Estaca de Bares es el cabo situado más al norte de toda la costa cantábrica de la península ibérica, en la provincia gallega de La Coruña.
Es uno de los lugares más interesantes de la península para avistar aves marinas en paso.

Observar el paso de las aves desde un acantilado no se puede decir que sea ni lo más divertido ni lo más cómodo para el aficionado a las aves. Se necesita una gran dosis de paciencia y perseverancia y un alto grado de concentración, algo indispensable para poder detectar algunas aves que realizan el vuelo a ras de agua, ya que al observar hacia el mar en picado, algunas de estas aves, sobre todo las de menor tamaño, nos pueden pasar totalmente desapercibidas.


Hacia mediados de agosto dedico varias mañanas y tardes a observar todo lo que la climatología me permita.
Es curioso pero la primera especie que detectaré no será un ave en paso sino un ave residente. Mirando hacia un conjunto de rocas algo separadas de la línea de costa observo a un Cormorán moñudo posado en una de ellas. En la misma roca se dejarán ver hasta seis individuos; al parecer tienen lo que se suele decir querencia por esta especie de atalaya.

                                                                     Cormorán moñudo joven             


 

En la península podemos observar dos especies de cormoranes, la otra es el Cormorán grande. Este último está presente, además de en la costa, en embalses y en lagunas tanto costeras como interiores, mientras que el moñudo es una especie exclusivamente costera y marina. Del moñudo contamos con dos subespecies, aristotelis en el cantábrico y desmarestii en el mediterráneo, con ligeras diferencias entre ellas. Cría en diferentes lugares de la costa peninsular y también en las islas baleares. Es de menor tamaño que el Cormorán grande y su pico es mucho más fino, cuya parte inferior es de color amarillo apagado. El adulto en época de cortejo luce una visible cresta.
Es un ave que a una cierta distancia se deja observar y sus quehaceres van desde extender las alas a modo de exhibicionismo cuyo fin es que se sequen las plumas, hasta mirar hacia un lado, hacia otro, arriba, abajo, sin motivo aparente, se diría que por pura curiosidad y con la mayor tranquilidad. 
Al cabo de un buen rato veo alejarse volando un cormorán y al mirar hacia la roca me percato de que ha sido nuestro amigo el que se acaba de marchar sin avisar.

El ave más visible de las que veo volar alto, aparte de las gaviotas, es el Alcatraz atlántico. En las aves rapaces es conocida la variabilidad en el plumaje de las aves jóvenes hasta que son adultas, en algunos casos en varios años, pero en el caso del alcatraz es sorprendente que tienen hasta cuatro plumajes diferenciados por años hasta que adquieren el plumaje de adulto, desde el monocromo gris parduzco en el joven que va perdiendo paulatinamente, apareciendo el negro en las puntas de las alas y el blanco con manchas negras en el resto de la parte superior alar hasta que ésta es completamente blanca con los extremos de las alas negros en la edad adulta.
Este hecho puede resultar una gozada a la vez que un gran entretenimiento a la hora de identificar la edad de la especie, seguramente todo un disfrute para las personas que se dediquen a hacer censos de aves marinas.

                                                                                 Alcatraz adulto

                                                                                 Alcatraz joven                                                 
                                                                        Alcatraz de 2º año-calendario

      Alcatraz de 3er año-calendario
  
Lo más espectacular que observo es el acto de lanzarse al agua en picado hasta que se introduce como una flecha con las alas completamente plegadas para capturar a esa presa a la que ha localizado previamente. Ese comportamiento es común en algunos charranes pero en el alcatraz adquiere mayor dimensión debido a su gran tamaño. Es sencillamente impresionante.

                                                                 En picado hacia el agua

  Familias de alcatraces

Prácticamente observaré alcatraces de todas las edades, unas veces aves solitarias, otras en parejas y también familias numerosas, la mayoría en vuelo más bien alto aunque algunos ejemplares también vuelan a ras de agua, en algún caso hasta llevándome a confusión pensando que se trata de la siguiente protagonista.

La Pardela cenicienta. No es solo la pardela de mayor tamaño que podemos observar, además su gran pico amarillo la diferencia totalmente del resto de pardelas.


Todas las que observo y fotografío serán cenicientas aunque pudiera ser que hubiera otras especies diferentes de pardelas que no haya sido capaz de detectar ya que son de difícil observación.
Suele hacer un vuelo rasante en la misma dirección haciendo un minucioso rastreo durante el cual la podemos ver con las alas extendidas, unas veces mostrándonos la parte superior oscura de su cuerpo y otras la parte inferior clara con reborde y puntas alares negras. Como es un ave que destaca poco por su tamaño hay que estar muy atentos para detectarla en la superficie del agua.



Ese estar atentos sin perder demasiado de vista el agua es lo que me permite ver hasta en tres ocasiones el paso veloz de los Negrones comunes, anátida casi completamente de color negro, con una porción importante de la parte superior del pico de color amarillo en el macho pero imperceptible en la distancia. Tendré la suerte de poder observar y fotografiar un bando numeroso en formación típica donde se adivinan algunos inmaduros. Debido a su rapidez en pasar me será prácticamente imposible observarlos con el telescopio, así que una vez detectados optaré por fotografiarlos para proceder después a su identificación.



En un momento de mar embravecida observaré en una de las rocas cercanas a la orilla un Ostrero euroasiático que juguetea con algo en el pico mientras parece ignorar el agua que se le viene encima y que acabará haciéndole volar antes de ser engullido. Me sorprende lo que tarda en volar, quizás por estar muy absorto con su juguete y porque él no ve la escena como yo, viendo cómo el agua irrumpe y se traga literalmente la roca. Por suerte las aves gozan de una gran habilidad para sortear las adversidades del momento y como suele pasar saldrá airoso de la situación comprometida. Para mí será un bonito e intrigante espectáculo.

Ostrero con su juguete

 
Ostrero en apuros

 Ostrero a salvo

El resto de aves que conseguiré ver serán gaviotas patiamarillas y sombrías mayormente, que están continuamente sobrevolando las inmediaciones.

Gaviota sombría

En la zona el Cormorán moñudo, Ostrero euroasiático, Gaviota patiamarilla y Gaviota sombría son aves residentes. El Alcatraz atlántico y la Pardela cenicienta son aves en paso. El Negrón común es un ave invernante.

Estas son básicamente las aves que he podido observar en diferentes momentos con condiciones ambientales cambiantes, unas veces con nubes altas y buena visibilidad, otras con rachas de viento y fina lluvia de la que cala, con sol de tarde después de una mañana lluviosa o con un amanecer soleado de mar plácida.

Desde luego de una corta visita no se puede esperar una larga lista de observaciones y aún menos teniendo en cuenta que se trata de aves que nos pueden resultar muy desconocidas para la mayoría de aficionados, con lo cual una primera visita siempre es el preludio de otras futuras visitas que además se pueden realizar en otras épocas del año, lo que aumentará las posibilidades de observar otras especies diferentes a lo largo del tiempo.